Buenas noches, me encuentro aquí nuevamente, no pensé volver a escribir pero tal vez esto aún no se halla acabado. Ya diciembre, el invierno llegó, me apasiona esta época del año pero lo que es la navidad no la espero con ilusión,sólo espero a que pasen las hojas del calendario.El relato que os dejo lo escribí en una comida mientras me sentía a la deriva como la protagonista, en un viaje que hice junto a mi querido coro a Burgos, espero que os guste.Titulado: Abandonada a la deriva.
Estaba ella sintiéndose fuera de lugar, perdida a la deriva,
reteniendo un río con gran caudal que se desbordaba en la más inmensa mar en la
que se encontraba. Sola por escoger la soledad, la mujer que alejada estaba
esperando embriagada por su botella de licor de manzana… ¡Qué sabor! Aquel que
la endulzaba y emborrachaba y la convertía en una vagabunda del mundo. Perdida
y sin rumbo por amor, un amor ficticio como los libros que él vendía. Tan falso
como la silicona que rellenaba sus labios y pechos cuando decidió escoger
gustarle con sus condiciones a que éste la abandonase por otra más joven y
obediente. Aquella joven irremediablemente enamorada de un capitán que paraba
en cada isla desierta e inmaculada, saciando su apetito vampírico con el
almíbar de las más inocentes e inofensivas. Perdida, perdida y enamorada de un
ser tan maligno como el afilado cuchillo
que sentía al mirarle mientras él acariciaba su perfecto y tan nuevo cuerpo mientras mira sus canas crecer por doquier. Tantas historias falsas para hacerla
sentir la única, pues así sucedía cuando este la cogía en volandas y la
mostraba. Ella creía que por amor a esa dulce mujer-niña pero en realidad la mostraba como trofeo, un premio que
colgaba pendiente de lo que él hiciese, adonde el fuere ella iba como la lancha
que amarrada por el barco lujoso y lustroso tan antiguo tan atractivo…tan
prohibido. Ahí seguía esperando pero se había dado cuenta, percatado de que
solo era visible en su presencia, no existía más que en su vida, no importaba
nadie la veía.. Luego había sido tocada,probada y olvidada como todas aquellas
cartas…olvidada, enamorada y abandonada pues él no era hombre fiel, prefería
danzar con todas ellas, jugar con las doncellas a ser capitán cuando en
realidad de un pobre mísero marinero se
trataba.
Espero que os haya gustado pues sea por problemas amorosos por problemas familiares ¿Quién no se sintió alguna vez a la deriva?Espero comentarios si queréis, gracias al lector o lectora por dedicarme parte de su tiempo, nos vemos pronto,feliz invierno , aquí se despide Oicor :3 .